�rase una vez una hermosa joven que viv�a con su madrastra y dos hermanastras que la obligaban a hacer todo el trabajo de la casa. La pobre joven ten�a que cocinar, limpiar y tambi�n lavarles la ropa.
Cansada de trabajar, la joven se qued� dormida cerca a la chimenea y cuando se levant� con la cara sucia por las cenizas, sus hermanastras se rieron sin parar y desde entonces comenzaron a llamarla Cenicienta.
Un d�a lleg� a la casa una invitaci�n del rey a un baile para celebrar el cumplea�os del pr�ncipe. Todas las j�venes del reino fueron invitadas y Cenicienta estaba muy feliz. Sin embargo, cuando lleg� el d�a de la fiesta, su madrastra y hermanastras le dijeron:
- Cenicienta, t� no ir�s, te quedar�s en casa limpiando y preparando la cena para cuando regresemos.
Las tres mujeres salieron hacia el palacio, burl�ndose de Cenicienta.
Cenicienta corri� al jard�n y se sent� en un banco a llorar. Ella deseaba con todo su coraz�n poder ir al baile. De repente, apareci� su hada madrina y le dijo:
- No llores Cenicienta, t� has sido muy buena y mereces ir al baile.
Agitando su varita m�gica, el hada madrina transform� una calabaza en un coche, tres ratones de campo en hermosos caballos, y a un perro viejo en un cochero. �Cenicienta no pod�a creer lo que ve�a!
- �Muchas gracias! - exclam� Cenicienta.
- Espera, no he terminado todav�a - respondi� el hada madrina con una sonrisa.
Con el �ltimo movimiento de su varita m�gica, transform� a Cenicienta. Le dio un vestido y un par de zapatillas de cristal, y le dijo:
- Ahora podr�s ir al baile, s�lo recuerda que debes regresar antes de la medianoche ya que a esa hora se terminar� la magia.
Cenicienta agradeci� nuevamente al hada madrina y muy feliz se dirigi� al palacio. Cuando entr�, los asistentes, incluyendo sus hermanastras, no pod�an parar de preguntarse qui�n podr�a ser esa hermosa princesa.
Cansada de trabajar, la joven se qued� dormida cerca a la chimenea y cuando se levant� con la cara sucia por las cenizas, sus hermanastras se rieron sin parar y desde entonces comenzaron a llamarla Cenicienta.
Un d�a lleg� a la casa una invitaci�n del rey a un baile para celebrar el cumplea�os del pr�ncipe. Todas las j�venes del reino fueron invitadas y Cenicienta estaba muy feliz. Sin embargo, cuando lleg� el d�a de la fiesta, su madrastra y hermanastras le dijeron:
- Cenicienta, t� no ir�s, te quedar�s en casa limpiando y preparando la cena para cuando regresemos.
Las tres mujeres salieron hacia el palacio, burl�ndose de Cenicienta.
Cenicienta corri� al jard�n y se sent� en un banco a llorar. Ella deseaba con todo su coraz�n poder ir al baile. De repente, apareci� su hada madrina y le dijo:
- No llores Cenicienta, t� has sido muy buena y mereces ir al baile.
Agitando su varita m�gica, el hada madrina transform� una calabaza en un coche, tres ratones de campo en hermosos caballos, y a un perro viejo en un cochero. �Cenicienta no pod�a creer lo que ve�a!
- �Muchas gracias! - exclam� Cenicienta.
- Espera, no he terminado todav�a - respondi� el hada madrina con una sonrisa.
Con el �ltimo movimiento de su varita m�gica, transform� a Cenicienta. Le dio un vestido y un par de zapatillas de cristal, y le dijo:
- Ahora podr�s ir al baile, s�lo recuerda que debes regresar antes de la medianoche ya que a esa hora se terminar� la magia.
Cenicienta agradeci� nuevamente al hada madrina y muy feliz se dirigi� al palacio. Cuando entr�, los asistentes, incluyendo sus hermanastras, no pod�an parar de preguntarse qui�n podr�a ser esa hermosa princesa.