Un ni�o cuyo pasatiempo era recorrer los grandes y oscuros bosques buscando algo llamado "flores". Estas hab�an desaparecido misteriosamente de todo el mundo. Un d�a, se encontr� con una peque�a ni�a. Al principio, esta ni�a parec�a sin emociones, totalmente aislada de la calidez humana, pero pose�a una sorprendente belleza. Era una ni�a de ojos claras como las aguas de los manantiales, y se sorprendi� al ver al misterioso ni�o que recorr�a el bosque con tanto entusiasmo.
- �Qui�n eres? �Qu� haces aqu�? - le pregunt�.
El chico, nervioso, le respondi�:
- No importa qui�n soy o que hago aqu�. Solo quiero saber por qu� andas sola en un bosque tan peligroso y oscuro.
La ni�a, sin importarle su pregunta, se march�. Pero sin darse cuenta, el adorable ni�o la sigui� por todo el camino hasta llegar a una gigantesca casa de madera que se encontraba en medio del bosque. Esta estaba rodeada de narcisos y tulipanes. El chico quedo asombrado al ver tantas flores en un jard�n; eran las �nicas flores que hab�a visto en su vida, adem�s de en los libros o en las viejas fotograf�as. Qued� tan maravillado, pero con una gran duda:
- He recorrido todo el bosque y nunca me encontr� con esta casa. �Y no creo que sea por peque�a? �Es super gigante! �Qu� pasa con esto? �Como no voy a encontrar un jard�n tan grande y colorido en todo el bosque?
La chica, ignorando todo lo que el ni�o dec�a, �entro? a su casa y le dijo que se fuera.
�l ni�o se sinti� triste, pero tambi�n contento porque por primera vez hab�a visto las maravillosas flores. As� que el chico llegaba todos los d�as a aquella gigantesca casa en medio del bosque para observar la belleza de los narcisos y tulipanes, pero no solo eso; tambi�n quer�a volver a ver a esa ni�a de ojos claros y belleza sorprendente, aunque con un carisma distante.
Y as� paso un mes; el chico siempre iba a aquella casa de jard�n colorido. Pero algo sucedi� un d�a: al llegar, encontr� que las flores estaban marchit�ndose y los animales que se alimentaban de ellas estaban muertos por toda la entrada del jard�n. El ni�o le pregunt� a la ni�a que estaba pasando, y ella solo respondi�:
- Las flores se marchitan cuando hay mucha gente que las observa o las toca.
El ni�o se sinti� devastado al ver las flores marchit�ndose y los animales muertos. No pod�a entender por qu� la ni�a no hac�a nada para evitarlo.
- �Por qu�? �no haces nada para salvarlas? - le pregunta �l ni�o, desesperado.
La ni�a lo miro con una expresi�n extra�a y respondi�:
- Las flores est�n condenadas desde el momento en que las observas. La obsesi�n humana es un veneno que mata la belleza.
El ni�o no entend�a sus palabras, pero sinti� un escalofri� en su espalda. De repente, la ni�a desapareci� y el jard�n empez� a desvanecerse. el ni�o se encontr� solo en el bosque, rodeado de la oscuridad.
Al d�a siguiente, el ni�o regres� al jard�n, pero ya no estaba. En su lugar, solo hab�a un gran agujero en el suelo. el ni�o se pregunta si habla imaginado todo, pero record� las palabras de la ni�a: "La obsesi�n humana es un veneno que mata la belleza".
el ni�o se march� del bosque, pero nunca olvido la lecci�n que aprendi� aquel d�a. �Fue la ni�a un esp�ritu del bosque que le ense�o una valiosa lecci�n, o solo fue un producto de su imaginaci�n? el ni�o nunca lo supo con certeza, pero siempre record� el misterioso jard�n y la ni�a de ojos claros.